El poder de las reuniones de clase

“Hay un gran sentido de comunidad en el aula Montessori, donde niños de distintas edades trabajan juntos en un ambiente de cooperación y no de competitividad. Hay respeto por el entorno y por los individuos que lo componen, que llega a través de la experiencia de la libertad dentro de la comunidad”. (Montessori, 1986).

     Hace poco, un profesor comentó: “No sé cómo podía dirigir una clase antes de la Reunión de Clase. Yo también tuve la misma experiencia.  Llevo mucho tiempo defendiendo que es imposible, a largo plazo, gestionar un aula nosotros solos, sin el apoyo de los niños.  Hace falta toda la comunidad.  La mayoría de los profesores que empiezan a utilizar las Reuniones de Clase formales descubren que es una de las herramientas más poderosas que tienen para desarrollar un sentido de comunidad y responsabilidad.  Esta misma semana, después de un taller sobre Reuniones de Clase , un dirigente escolar preguntó: “¿Habéis dirigido alguna vez las reuniones de personal de esta manera?”.   Mi respuesta fue: “De hecho, ¡sí!”.

     El liderazgo democrático es el ideal en un aula y una comunidad escolar Montessori.  El liderazgo democrático es simplemente un liderazgo inclusivo.  Valora y se basa en las aportaciones y la participación de la comunidad para tomar decisiones y evaluar y aplicar esas decisiones. El objetivo de la Reunión de Clase es proporcionar una estructura eficaz para crear un entorno democrático. Alumnos y profesores trabajan juntos para resolver problemas, animarse mutuamente y construir un profundo sentido de pertenencia y significación. Éstos son algunos de los beneficios más importantes que puedes esperar cuando empieces a utilizar el proceso de Reunión de Clase:

  1. Crea un sentimiento de comunidad y conexión.

Cuando una clase se une para ayudarse mutuamente, desarrolla de forma natural el interés social y el sentido de pertenencia.  Crece su sentido de la conexión entre ellos y la preocupación por los demás se convierte en la cultura del aula.

  1. Fomenta la cooperación y la aceptación.

Como los alumnos participan en el proceso de toma de decisiones, su aceptación de las soluciones es mucho mayor que si un adulto resuelve un problema y luego expone sus soluciones a la clase.  En pocas palabras, participación = cooperación.

  1. Comparte la responsabilidad de resolver problemas y gestionar el aula.

Imagina el alivio de no tener que resolver tú solo todos los problemas de la clase.  Si hay 24 niños en el aula y dos adultos, entonces hay 26 personas capaces de resolver problemas, cada una de ellas con perspectivas diferentes sobre los problemas a los que se enfrenta el aula.  Además, cuando los niños participan en la resolución de problemas, también participan de forma natural en el seguimiento de las soluciones que han ayudado a crear. 

  1. Proporciona una visión que un profesor nunca podría obtener, ni siquiera mediante una observación cuidadosa.

¿Alguna vez ha venido un padre a contarte un problema o una dinámica social que estaba ocurriendo en tu clase y que desconocías?  Puede ser un poco embarazoso.  Esto es más frecuente con los niños mayores, ya que comparten menos con los adultos y más con sus compañeros.  La Reunión de Clase proporciona un momento, un lugar y un proceso que facilitan la comunicación abierta y un entorno seguro para compartir abiertamente aquello con lo que los alumnos tienen dificultades, académicas y sociales.  Los alumnos de primaria y los adolescentes empiezan a confiar en el proceso de las reuniones de clase cuando experimentan que nadie se mete en problemas; que la atención se centra en las soluciones, no en las culpas.  Cuando se desarrolla esta confianza, los profesores se convierten en los primeros adultos que se enteran de los problemas, y son ellos quienes llevan la información a los padres (según proceda); pero no sólo información y problemas, ¡sino soluciones!

  1. Crea empatía.

Durante la Reunión de Clase, los niños tienen la oportunidad de escuchar las luchas y perspectivas de otros alumnos. Aprenden que no están solos en sus problemas. Los alumnos aprenden que no todo el mundo ve las cosas de la misma manera, y que no todo el mundo siente lo mismo por lo que experimenta. También aprenden cómo las acciones de las personas afectan a las demás, positiva y negativamente. La comunicación abierta y sincera abre una ventana al corazón de los demás y al deseo de ayudar. 

  1. Desarrolla habilidades de comunicación.

En la Reunión de Clase, los alumnos aprenden a comunicarse de forma que promuevan que los demás les escuchen. También aprenden sobre comunicación no verbal, cómo hablar de forma honesta, directa y respetuosa con los demás en un entorno de grupo. Los alumnos también practican la capacidad de escuchar, y cómo oír de verdad la perspectiva de otra persona. Como nadie se mete en problemas durante una Reunión de Clase, los alumnos aprenden a centrarse en las soluciones y no en las culpas, y se inclinan por comunicarse y trabajar desde una perspectiva en la que todos salen ganando.

  1. Desarrolla habilidades para resolver problemas.

Es muy fácil decir: “Ayudamos a los niños a desarrollar habilidades para resolver problemas”. Este tipo de afirmación se utiliza continuamente en el material de marketing de las escuelas. Pero, ¿cómo logramos este ideal? La Reunión de Clase proporciona un entorno preparado para hacer precisamente eso. Los niños aprenden a pedir ayuda de forma constructiva y a recibir ayuda para resolver problemas de sus compañeros y profesores. Además, incluso los niños que simplemente observan el proceso de la Reunión de Clase, aprenden valiosas habilidades de resolución de problemas a partir de la solución de los problemas de los demás.

  1. Crea un entorno en el que sea seguro asumir responsabilidades personales.

Cuando la cultura del aula se centra en las soluciones, y no en la culpa, los alumnos empiezan a responsabilizarse naturalmente de su parte en los problemas, lo que hace que éstos sean mucho más fáciles de resolver.  Es casi imposible resolver los problemas si los implicados niegan su responsabilidad.  Sin un entendimiento común sobre qué causó el problema en primer lugar, ¿cómo podemos encontrar soluciones que sean eficaces y aborden la raíz del problema? 

Una de mis historias favoritas sobre la asunción de responsabilidades en la Reunión de Clase ocurrió en una de mis primeras clases de primaria. Mabel dijo que estaba dolida porque se burlaban de ella en el patio. Cuando llegó el momento de que el resto de la clase discutiera el problema, los tres alumnos que se habían burlado de ella dijeron que habían sido ellos los que se habían burlado de Mabel y se disculparon. Se dieron cuenta de lo dolida que estaba. Mabel también se sinceró y asumió su responsabilidad.   Admitió que había excluido a las tres chicas cuando estaban fuera, individualmente, cuando quería pasar más tiempo con una o dos de las otras.  Toda la comunidad de la clase participó en el proceso de resolución del problema, pero como todos los niños fueron honestos con su parte en el problema, la solución fue evidente.  Las tres niñas dejaron de burlarse de Mabel, y Mabel optó por incluir a cada una de las niñas cuando jugaba fuera.

Los alumnos pudieron asumir responsabilidades, porque era un lugar seguro para hacerlo.  Todos tenían experiencia con el proceso de reunión de clase, y confiaban en que no se meterían en problemas cuando cometieran errores sociales.  Esto no ocurre de la noche a la mañana, pero es una experiencia poderosa ver a los niños asumir responsabilidades en un entorno no punitivo y resolver realmente sus problemas.»

  1. Desarrolla un entorno en el que los errores sean una oportunidad para aprender.

En cada reunión, antes de hablar del punto o puntos del orden del día, la clase revisa problemas anteriores para ver si la solución elegida funciona.  Si la solución elegida no funciona, entonces la persona con el problema, o la clase, pueden elegir una solución diferente o pueden empezar de nuevo.  De este modo, la comunidad puede evaluar lo que funcionó y lo que no, y por qué; y los errores se convierten en oportunidades para aprender.  

En un entorno en el que los errores se consideran (y se experimentan) como una oportunidad para aprender, existe una atmósfera de creatividad, colaboración y preocupación por el bien común.  La presión de ser perfecto desaparece, y la libertad de ayudarse unos a otros en un ambiente cooperativo se convierte en la fuerza motriz de la comunidad.

  1. Proporciona un tiempo muerto positivo natural

Cuando los niños incluyen un tema en el orden del día de la Reunión de Clase , pueden sentirse seguros de que se tratará su problema, de que se les escuchará y de que recibirán el apoyo de su clase.  Los problemas que se incluyen en el orden del día de la reunión no suelen debatirse el mismo día en que se incluyen en el orden del día, para que haya un periodo natural de reflexión.  A veces, basta con escribir el problema y saber que se tratará para que el niño se calme y recupere la capacidad de autorregularse y resolver su problema de forma independiente.  En esos casos, cuando el problema surja en la Reunión de Clase, el niño dirá a menudo: “He resuelto ese problema yo solo”. ¡Éxito!   

  1. Desarrolla el liderazgo y enseña a los niños a liderar.

Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los profesores Montessori es desarrollar el liderazgo en sus alumnos de3º curso. Cada año hay una dinámica diferente. A veces, un grupo de alumnos de3er año parecen ser líderes débiles. No dan buen ejemplo, o simplemente pueden ser pasivos. Otras veces, un grupo de alumnos de3er año pueden convertirse en líderes negativos, sumiendo al resto de la clase en la confusión y el mal comportamiento. A veces tienes la suerte de contar con un grupo naturalmente fuerte de líderes de3er año, y esos años son increíbles.  

Un profesor exasperado dijo: «Pensaba que si daba bien las clases y preparaba bien el entorno, los alumnos de tercer curso se convertirían de forma natural en líderes y ayudarían a los alumnos más jóvenes. Sonaba muy bien en la formación. Pero a menudo me encuentro sermoneando a mis alumnos mayores para que “sean buenos líderes” o “den buen ejemplo”. Es desalentador, porque ciertamente dan ejemplos, pero los equivocados».

La mayoría de los profesores Montessori esperan que el entorno preparado y el grupo de edad de 3 años conviertan de forma natural a los alumnos mayores en líderes. Sin embargo, esto no siempre ocurre porque las habilidades de liderazgo, son como otras habilidades sociales, se aprenden. Cuando la Reunión de Clase forma parte de la cultura del aula, los niños disponen del tiempo, la estructura y la formación necesarios para desarrollar habilidades de liderazgo a lo largo del ciclo de 3 años. 

Para más información sobre las Reuniones de Clase , visita mi sitio web para consultar artículos y talleres.

Hasta la próxima…

 Referencias

Nelsen, J., DeLorenzo, C. (2021). Disciplina Positiva en el Aula Montessori: Cómo Preparar un Entorno que Fomente el Respeto, la Amabilidad y la Responsabilidad. Estados Unidos: Parent Child Press, Incorporated.

Hainstock, E. G. (1986). La esencial Montessori. Nueva York: New American Librarys

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Sobre el autor

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Chip DeLorenzo

Chip DeLorenzo, educador Montessori experimentado que ha desempeñado diversas funciones durante más de 25 años, es formador, consultor y coautor de Positive Discipline in the Montessori Classroom (Disciplina positiva en el aula Montessori). Trabaja con profesores, padres y escuelas de todo el mundo para ayudarles a crear entornos Montessori que promuevan el respeto mutuo, la cooperación y la responsabilidad.

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